lunes, 10 de diciembre de 2012

Nuestro acto de libertad es defender nuestras voces


“Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz humana no hay quien la pare. Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros, o por donde sea. Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada.”
Eduardo Galeano

Hace tres años fue sancionada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, promovida por un amplio sector de la sociedad y de organizaciones populares, con el objetivo de transformar el sistema comunicacional impuesto en la última dictadura y que mantenía vigencia hasta el momento, por un modelo que conciba a la información y la comunicación como un derecho para tod@s los humanos y humanas, que abogue por el reconocimiento de la diversidad de voces y de espacios radiales y audiovisuales para la producción y difusión de contenidos, que promueva la producción local, de pueblos originarios, de instituciones educativas, que fomente el cine nacional, y que impida y elimine la concentración de medios en manos de grupos empresariales, fijando topes a la cantidad de medios y por tipos de licencias.
Quizás este último ha sido el punto de disputa política más fuerte en estos últimos meses: la desmonopolización y desconcentración de estos grupos que no cumplen con la cantidad de medios establecido: Grupo Clarín, Vila-Manzano, Telefónica, entre otros.
El plazo para que las empresas adecúen sus licencias vencía el pasado 7 de diciembre. Pero, no sorpresivamente, a últimas horas del día 6 la cámara de apelaciones en lo Civil y Comercial extendió la medida cautelar a favor del monopolio Clarín hasta que se dicte sentencia definitiva sobre la constitucionalidad de la ley en los puntos 45 y 161 que obligan a los propietarios de los medios a iniciar un proceso de adecuación y desconcentración.
Repudiamos este accionar de los jueces que beneficia al monopolio Clarín, portavoz de amplios sectores dominantes, que no escatima en mostrar su poder de hacer y deshacer a su antojo una medida fruto de la voluntad del pueblo argentino en pos de su propios intereses. Es por eso que este 7 de diciembre, lejos de no pasar nada, sí paso en nuestras subjetividades como el día en que no vamos a soltar la bandera de lucha por una verdadera comunicación, horizontal, creadora de lazos, de encuentros, que es nuestra antes y mucho más ahora para dar batalla a quienes desinforman, para quienes la comunicación es además de una mercancía, una herramienta de construcción de sentido común que reproduce lo que sistemáticamente bombardean quienes poseen los monopolios, y por lo tanto ejerce control social y legitima su poder.
Pero esta lucha no debe circunscribirse sólo a la desconcentración de los monopolios. El Estado puede y debe hacer cumplir la ley en todos sus aspectos.
Como medio comunitario que comienza a transitar sus pasos, entendemos que si se pretende democratizar las voces, es necesario la aplicación del plan técnico que permita efectivizar el 33 % del espectro destinado a medios sin fines de lucro, que se explicite dentro de este rubro los Medios Comunitarios, Alternativos y Populares, que se garantice su financiamiento, el acceso a herramientas técnicas, teniendo en cuenta las organizaciones con condiciones de gestión social que no cuentan con personería jurídica, eximiéndolas del pago de pliegos, sellados y demás trámites burocráticos y obligaciones que impidan su funcionamiento. Exigimos nuestro espacio para poder hacer eco de lo que sucede en cada lugarcito de esta tierra y que los medios hegemónicos callan: el saqueo y contaminación de nuestros bienes comunes, la represión de luchadores sociales, los abortos clandestinos, l@s desaparecidos en democracia, la precarización laboral, la violencia y abuso hacia l@s niñ@s, la violencia de género. Y también las alternativas que día a día, a paso firme y desde abajo estamos construyendo por un país más justo, con autodeterminación, por alternativas de trabajo sin opresores ni oprimid@s, por una educación popular que genere sujetos sociales participes de su realidad, libres y autónom@s.
Hoy en día, como luchadores sociales, lejos estamos de sentirnos al margen de la historia que nos toca, muy por el contrario, somos hacedores de la misma y ella nos obliga a hacernos cargo de los acontecimientos sucedidos, y más aun a transformarlos según el sentido histórico de la lucha popular que nuestr@s compañer@s de otros tiempos supieron caminar y que retomamos. Esa palabra, popular, que puede despertar una amplia diversidad de interpretaciones, cuando no de acusaciones y apropiaciones excluyentes, pero que nos une en la obligación de la defensa activa de las necesidades e intereses de l@s desposeídos, l@s nadies, de l@s silenciados, l@s que quisieron pero no pudieron callar.
Defender nuestras voces, nuestras cosmovisiones, nuestras vivencias oprimidas, y generar nuestros medios para hacer posible que se oiga nuestro grito ha sido y es nuestro desafío.










        

Centro Cultural
El Barro 

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